miércoles, 7 de abril de 2010

Imperativa

No se emula el pasado para lograr la desesperación.
Es Otoño. ¿Cuándo dejaste de girar?

No hace falta que me hagas feliz para hacerme feliz.

Quisiera ahorrarte mis calles y que te vuelvas loco.
Quisiera evitar enloquecerme y perderme en tus escondites.

Corramos antes de que me de cuenta,
bailemos abajo de la mesa,
escapemos de vuelos intensos,
tirame un beso cuando no te pueda alcanzar.

Permitime la risa y no te asustes del silencio,
cuando no entiendas los motivos
desabrochate los prejuicios y dale mimos a mi tiempo.

Emborrachémonos hasta hacer coincidir tu ansiedad con mi herida.

No puedo quedarme despierta.

Dame otra cerveza,
vamos a la cama.
Y basta.