Las paredes se fueron cayendo
de una en una.
Dejé de verlas.
Los árboles, después de ser plenos
desaparecieron.
Morían o se iban.
Las partituras se fueron gastando
en lo dedos de los genios
y se fueron con ellos al futuro
Las mentes se fueron oxidando
y yo no me di cuenta,
yo era libre
Los rosarios se fueron repartiendo
y todos rezaban al unísono
Yo ya había terminado de cantar
Los otoños eran cada vez más tardíos
nunca me di cuenta;
mis pulmones dependían de mi mente.
Desapareció la lluvia de mi vida
y otras veces llovía demasiado, demasiado
Me había ido al desierto
Hice huellas en la arena
y las cubrí para que no me encontraran
Seguí viajando
Todo estaba bien
Era libre
Y bailaba.
Y cuando llegó la noche
cerré los ojos
feliz
(Pero……
¿y la luna?)
Desperté de golpe.
Tuve que darme cuenta
que no iba a morir lo eterno.
Y en el último rincón del mundo,
entre mis paredes, sin árboles con vida,
ahogándome en la tormenta, y sofocada de calor
mis pulmones me golpeaban el alma
hasta que ella me dijo que no se trataba de poder
porque yo ya había conseguido todo;
se trataba de querer,
y me dijo que lo no quise ver:
no tenía ganas de olvidar.
Trini
"... Lo que no tiene es remedio"
***
Lo publiqué en el 2007, en mi anterior blog... y para ese entonces este texto ya tenía unos meses de vida.
Lo encontré hoy... y.... qué tristeza saber qué acertado es el título!!!
Siempre hay una nueva pared a punto de caer........todavía...
2 comentarios:
¿lo encontraste sin querer o lo buscaste?
Ahogarse en la tormenta, tan natural y autentico como leer la prensa o desayunar un jugo de naranja a ciegas.
un abrazo azul.
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